lunes, 10 de abril de 2017

Duele

El temblor de la mano sangrante y traicionera,
Escurriendo gotas por el tibio puñal
Que acaba de sacar
De la espalda a la que se lo acaba de clavar.
Cuando la mano que lastima,
Es amiga,
No hay dolor que duela más.
El temblor de esa mano,
Que tantas veces tomé, ayudé y felicité,
Ese temblor
Parece tan pálido y falso
A la luz de los engaños
Que van brotando en diferentes rememorandos.
La incomprensión de la traición,
Es un puñal certero que cayó en el suelo,
Retumbando y brillando,
Con colores metálicos y sanguinarios combinados.
El sonido del silencio
Y la soledad
De parte de quién amas y confías,
Sonando por los pisos, estrellados en una nada,
Helada...
Son dolores que duelen,
Y mucho.
Y cuando la verdad por todos sea dicha,
La herida ya no existirá
Pero la cicatriz
(Cuando se forme y llegue)
Allí va a estar. Recordando.
Recordándonos.
Sabiendo lo que no sabía antes,
Sabiendo la tranquilidad de mi conciencia;
Y el cansancio de la traición y de la falta de confianza,
Al fin estará relajado.
Y esos dolores,ya no doleran tanto.

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