viernes, 14 de junio de 2013

¿Cómo se evita lo inevitable? Quizás algún día de verdad se pueda evitar sentir algo que uno quiere, o en relación a alguien específico.
No sabría decir si a la larga, sería bueno o malo, pero es algo tan humano el desearlo.
No sé nada hoy, lo único que más seguido he notado por estos días es que no puedo dejar de pensar en ti.
Y mi cabeza no sabe hacia donde girar. Si girar hacia lo que mi imaginación de ti formula, o si girar en dirección de dónde sea que provenga tu voz.
Es inevitable, tu voz me puede hacer llegar a lugares inimaginables.

domingo, 27 de enero de 2013

Si me provocas/ Si me inspiras...

Si me provocas
podrías lograr que quisiera que el sabor
de todos los recovecos de tu piel
pudiera yo en mi boca concentrar.
Pero si me inspiras,
podría hacer tu cuerpo temblar
sin que haya necesidad de mis manos mover
pues mi lengua, mis dientes y mis labios,
suave pero excitante, marcándote,
te harán ver los secretos que esconde un amanecer.
Si me provocas,
en mis sueños siempre has de encontrarme
totalmente predispuesta a ser una víctima de tí,
a hacerte espacio en mí,
de cualquier modo, en cualquier lugar y por la cantidad de veces
que me desees tomar.
Pero si me inspiras,
no será sólo en mis sueños
como casi sofocada por la excitación me tendrás,
pues en la realidad
abierta ante toda posibilidad de ti siempre estoy
para que llenes todos mis vacíos,
al ritmo candente del choque de nuestras caderas,
pero a un ritmo también errático, y a su vez encantador,
pues inventaremos un nuevo compás
y será la mejor música que a nuestros oídos
jamas podrá llegar.
Si me provocas,
nuestros cuerpos danzaran sincronizados,
pero apasionados y salvajes.
Pero si me inspiras,
haremos con nuestros cuerpos
mucho más que lo expresado
hasta en cualquier poesía
hasta este momento escrita.
No sé de quién pueda ser la peor suerte,
tú siempre tienes y obtendrás de mí lo mejor.
Lo malo, para ti, es que a mí siempre me provocas y me inspiras,
todo multiplicado por la distancia a la que nos encontramos del sol,
que resulta ser la misma distancia que existe
entro todo esto que deseo y aunque sea una pizca
de tu corazón.
No, definitivamente, yo tengo la peor parte,
pero soñar, siempre te lleva a alguna parte...

Inevitable

Y es que resulta inevitable sentir ese calor tan ardiente
recorrer mi piel
en cada lugar en el que tus manos y tu boca
todo lo tocan,
conocen y saborean tan bien.
Mucho más inevitables es a su vez,
el querer seguir probándote,
tener tu piel entre mis labios
una y otra, y otra vez.
Verte, por ésto, cerrar los ojos
y sentirte disfrutar
lo que yo disfruto tanto haciéndote.
Y así, tan natural y fluido
como el camino del río hacia el mar,
me excita la vorágine de tu placer
y cómo luego me tomas por sorpresa,
apasionada y casi salvajemente
hundiéndote en mí, marcándome una vez más,
en mis sentidos, en la piel, en la mente.
Es totalmente imposible el no gritar
y no gozar
de que carne y carne allí unidas, nos vuelva uno.
La sangre que corre por mis venas se acelera,
se vuelve fuego liquido
fluyendo para luego concentrarse en el centro de mí.
No, inevitable es luchar contra lo que me invade
una y otra, y otra, y otra vez,
no puedo hacer más que aceptarlo y recibirlo dentro de mí, gustosa,
abrirme más al sentimiento
y a las emociones
que me provocas.
No puedo hacer más que sentirte,
y desesperadamente, querer que me sientas también,
hasta que los dos juntos,
extasiados,
en medio de vaivenes de caderas,
lleguemos a un final sin palabras pactado,
culminando en la dulce agonía del placer al máximo.
Recibirte y tenerte entre mis brazos luego,
y que me recibas entre los tuyos también,
ambos agitados,
para segundos después despertarme de éste sueño,
otra vez....