viernes, 20 de enero de 2012

Bajo el cielo nocturno

Bajo un cielo nocturno plagado de nubes (o quizás estaba estrellado, no lo sé, realmente no me encontraba atenta, mirandolo) deseé sentirme asfixiada, ahogada por el calor de tu piel, de tus brazos rodeandome.

   Desde lo más hondo de mí, traspasando toda razón, anhelando casi desde lo animal, me encontré esa noche deseando que estuvieras atrapado en lo más profundo de mi ser, que fueras mío y todas tus alegrías y placeres me pertenezcan; que yo fuera tuya y todas mis alegrías y placeres te pertenezcan a ti.

   Al calor de tus manos, sintiendo y descubriendo cada uno de mis rincones, destruyendo todo a su paso quisiera estar sintiendome. Con cada gesto de tus manos sobre mí arrasarías cualquier minúsculo daño sufrido, quitarías cualquier dolor, sólo para ser reemplazados por la dicha, el placer de tenerte tan dentro de mi esencia, de mi alma, con tus labios enredados con los míos, con tus dedos mezclados con los míos, con tu piel fundiendose a fuego lento junto con la mía, creando la lava de un nuevo volcán que poco a poco ha de estallar... Poco a poco todo has de cambiar...

   En ésta noche de estrellas agolpadas en unl mismo fragmento de cielo (o quizas estaba nublado, no lo sé, realmente no me encontraba atenta, mirandolo) me dí cuenta de cuanto deseaba todo aquello que en ese momento tan ardiente y desesperadamente el fuego de mi cuerpo, corazón y alma anhelaban. Yo en realidad no te quería, y mucho menos te amaba... Solo me gusta imaginar por un rato, pensar que las ansias que en un frasco voy aprisionando fueran reales. Que el desear probar toda aquella esencia celestial que derramas al llegar a la cumbre, al hacer estallar en mil pedazos a aquel frasco donde reprimo todo posible pensamiento sobre ti, es por amor y no solo por mero capricho.

Bajo este cielo nocturno descubrí, que tú no me amas y que yo tampoco te amo a ti. Pero que caso tiene alejarme, si a ambos nos gusta como nos hacemos sentir. Quizás lastimemos a otros y no deberíamos de estar sintiendonos tan bien, pero lo prohibido se vuelve tentador... y he decubierto que hay veces en las que uno se siente tan pecador...

R.B.G.