sábado, 22 de octubre de 2011

Que me ame ésta noche, aunque sea por un rato...

  Miro por mi ventana el mundo, la vida pasa y va moviendo las hojas de los árboles. La vida va pasando y como el viento, a mi corazón roza.

  Lágrimas van cayendo tempestuosamente, el lugar dónde antes vivía ya no existe más, aunque mucho no puedo quejarme al no haber sentido nunca antes un hogar.

  El vacío de mi pecho, que casi todo el tiempo se encuentra en un estado como de muerte, parece palpitar cada vez que busco un remedio para la noche oscura de mi alma. ¿Qué es lo que busca? No lo sé, simplemente hay unas cuantas cosas que misteriosa y momentaneamente me hacen sentir bien. A otros no les agradas mis métodos, los llaman peligrosos, arriesgados o cosas de locos... Ellos no entienden el vacío, la soledad, el dolor y el abismo que pueden causar la búsqueda de uno mismo.

  Se trata sólo de buscar algo que me destrozó el alma en millones de sueños perdidos, convirtió a todo en lo que creía en algo arcaíco y le quitó todo uso alguno, lastimó literalmente mi cuerpo (por mi propia mano, o al sentir tu puño), pasó por todo mi cuerpo, y lo dejó vacío...

  No se trata de masoquismo (en su totalidad), se trata sólo de buscar amor, un poco de intimidad, algo que me haga salir de mi delirio, para en otra locura poder gozar. Es sólo cuestión de buscar, alguien que ame ésta noche, aunque sea por un rato, de buscar alguien que me ame en los usuales vacíos de los domingos por la tarde, que me ame cuando me sienta contenta, que me ame cuando esté triste. Que me alme piel con piel, o que me ame con un simple abrazo en el que contenga a todo lo que conlleva mi ser...

  Es cuestión de buscar, alguien que me ame ésta noche, aunque sea por un rato... de poder decír, que por un momento, a la escencia del universo y a una parte de mí, estuvieron en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario